Hasta
las próximas elecciones nos espera propaganda barata basada principalmente en
un crecimiento económico que no se ve por ninguna parte. Quizá lo pueda ver Montoro
con gafas google especiales. Yo no lo consigo. No veo más que negocios cerrando y gente en el
paro.
También
está la manida fórmula para socavar la autoestima de un país ya sea con informes
PISA o pidiendo excelencia con un elevado índice de pobreza infantil y unos 6.000.000
millones de parados. Resulta curioso que hayamos pasado de tener la generación
mejor preparada de la historia con profesionales que se disputan en otros
países a repetirnos una y otra vez que no servimos para nada.
Respecto
a la Cifuentes, mejor ni hablar. En mitad de un fin de semana movidito en el
que Madrid concentraba a un gran número de personas venidas de toda España para
asistir a la Marcha de la Dignidad, ella permite una fiesta del “Sí, a la vida”
en pleno Sol con escenario, música y globos. Con mis debidos respetos, no era
el mejor momento. A la vuelta de la
esquina veo activistas del grupo Femen detenidas por haberse asomado por allí. El grupo camina en silencio flanqueado por la
policía. Y miembros de Comisiones Obreras gritan consignas en Callao porque no
pueden poner un pie en la principal plaza de la capital. Y yo me pregunto, ¿quién
provoca a quién?
El
periódico “El País” da un giro a la derecha bajo la batuta de su nuevo
director. “Craso error” si quieren aumentar así las ventas porque en esa banda
ya juegan los demás medios. Y ahora ¿qué? Creo que voy a seguir confiando en mi
instinto.
Por
otro lado, el ambiente enrarecido que sigue cociéndose en Europa, hoy más vieja
que nunca, me preocupa enormemente. Ya anda en busca del “enemigo” porque no
hay nada que prometer y porque este tipo de cosas une mucho a los pueblos y les
distrae de sus miserias. Y el enemigo ya sabemos quién es: el inmigrante. La
vieja cantinela de siempre cuando ya no hay más conejos que sacar de la
chistera. Nunca creí que tendría que vivir un momento como este.
Me
encantaría motivarme con conseguir la máxima excelencia, tener una casa
gigante, un coche magnífico, una ropa de marca y sentirme superior a cualquier
mortal. Pero por más que lo intento, no lo consigo. Sí, señora Cospedal no todos buscamos poder y
mantener el status quo como hacen
usted y su marido a base de cinismo y mentiras. Fiel a una de sus frases preferidas : “Como
dicen en la Guardia Civil, paso al frente, mirada alta y mala leche",
ha tratado de colarnos tantas cosas. A mí me suele recordar un poco a Chucky (o
el muñeco diabólico) en versión femenina.
Hartita
me tiene este gobierno. Últimamente me descubro mirando el globo terráqueo
tratando de encontrar un puntito al que escapar como Gauguin en caso de las
cosas se pongan muy feas. Porque se
pueden poner, de eso no cabe duda. Y no hablo solo de España. La asimilación de
los cambios de toda índole que se han dado en las últimas décadas va a ser
traumática e incierta porque las coordenadas entre las que nos movemos son
desconocidas. Y me temo que hacer una travesía de esta envergadura con mentes poco
compasivas va a ser algo tortuosa. La idea de la “supervivencia del más fuerte”
(o del que tiene más dinero) impregna todo. Así que mal vamos los idealistas y sentimentales.
¿Quedará algún lugar en el mundo para nosotros? A lo mejor incluso deciden castigarnos con una multa...
Artica Blues