Jaima
en el Palacio de Cristal (El Retiro): obra de Federico Guzmán
Solo a
un artista se le ocurre llevar una jaima al centro de una gran ciudad. Podría parecer
que fuera de contexto no tiene ningún sentido, pero encaja a la
perfección. Rodeada de árboles en lugar de dunas del desierto, la jaima cumple
su función: dar refugio y proteger del calor. En Madrid, este mes de julio ha
sido de los más calurosos de la historia. Menos mal que a algunos se les
ocurren ideas geniales. Sin ellas, la vida sería más dura y aburrida. Y nosotros,
menos felices.
Texto y foto: Artica Blues