Soñó con la libertad y con viajar por el
mundo.
Juegos de niños en el jardín y entre
libros.
Pero se resguardó en lo conocido
y eso la mató.
Miró a los lados para averiguar cómo se
hacía.
Sociedad de pensamiento único sin disonancias.
Todos parecían tan seguros
que se confundió.
Una voz interior le insufló vida sobre el
fondo gris.
Viajes y amor en distintas lenguas y en
libertad.
Y entre la maleza
se abrió camino.
Vivió instantes de certeza física y
mental.
Energía, sueños, arte.
Señales que le corroboraban
que la ruta era correcta.
Esperó a que el viento fuera favorable.
Observación del momento.
Y tras soltar amarras
se
perdió en el horizonte.
Ahora una bandera pirata ondea
en el mástil de su barco
mientras navega
rumbo al Pacífico.