GONÇALO M. TAVARES
(Traducción: Félix Romeo)
Sé esto: mi energía está canalizada
Hacia la palabra hacer, me gusta la idea de construcción
Y lo que de ella existe en los movimientos normales.
Me agrada la palabra ingeniería y lo que ella
Representa: no salgas de un sitio sin dejar algo
Detrás de ti. Me dirijo sólo a las cosas que me excitan
Positivamente y me llevan a hacer otras cosas, me dirijo
A las personas a las que gusto, nunca a las que no gusto;
Siempre me pareció insensato que en la vida se pare,
Ni por un instante, de admirar, hay
Siempre actos y cosas que nos ayudan
en este cálculo infernal de la distancia entre el día de hoy
y nuestra muerte. Y cualquier persona que da un paso
en dirección a lo que no aprecia, para insultar o derribar,
me parece una brutal pérdida de tiempo, una falta grave
en el órgano de admirar el mundo
(debes combatir una o dos veces en la vida,
si combates doscientas veces
es porque los combates son ridículos).
No sé pues cómo vivir. Lo que leí y vi
Me sirve apenas para ser más lúcido, no
Para ser mejor persona. Adquirí esta regla (o nací con ella):
‑y es quizá una moral‑
ir sólo a lo que me gusta.
Si un edificio alto, oscuro, feo
me impide ver el sol, no me pongo a insultarlo, no
muevo un dedo para derribarlo:
rodeo todos los edificios necesarios
hasta llegar al espacio desde donde pueda recibir aquello que
quiero. Si llego de noche, montaré una tienda de campaña.