viernes, 25 de septiembre de 2015

domingo, 13 de septiembre de 2015

¿A QUIÉN LE INTERESA?

Estos días me pregunto a quién le interesa abrir ahora la frontera para que entren los refugiados. El tema de los campos de refugiados no es nuevo: desde el principio de los tiempos el hombre ha huido del odio, de la intolerancia y de la barbarie. La historia del hombre se caracteriza por el constante movimiento: huir de la guerra, del hambre, de la inseguridad, de la muerte... Pero  huir por miedo y desesperación está siempre peor visto que marchar en busca de una vida mejor desde una posición acomodada. Algo en nuestro interior no desea ver el dolor del ser humano bajo ningún concepto. Supongo que porque nos haría sentir el nuestro.

Refugiados afganos, sirios, angoleños, ugandeses, eritreos, argelinos, armenios... y así una lista interminable. Huidos por razones de sexo, opiniones, raza u otras causas. La definición de refugiado excluye las causas económicas. Para mí,  perfectamente legítimas... todo menos dejarse morir de hambre.  Desde la comodidad de nuestros hogares los vemos ir de aquí para allá, pasar décadas en campos de refugiados y a veces morir.  Se nos olvida la historia de la humanidad, la de nuestros propios países y la imagen del hombre que acabamos de ver tirado en la calle.

Por eso me pregunto por qué ahora. Llevamos décadas con africanos caminando hacia Europa, años con refugiados venidos de todas direcciones agolpándose ante las fronteras. Vienen de Asia, África, Sudamérica... Muchos mueren en el cementerio del Mediterráneo y sus cuerpos no dejan de aparecer en nuestra playas. No solo hay campos de refugiados fuera de Europa, también en países tan cercanos a nosotros como Grecia e Italia.

No creo en la buena voluntad de Merkel ni de otros gobernantes. El desprecio que hemos visto hacia el pueblo griego no se convierte en amor al género humano de la noche a la mañana. Un humanista ama y respeta a sus semejantes en cualquier circunstancia y no cambia de opinión dependiendo del día o del momento.
La hipótesis alternativa que se baraja aparte de la “humanitaria” es que Europa necesita mano de obra ante el envejecimiento de la población. Yo añado otra: mejorar la imagen. De repente la miseria en los países desfavorecidos de la Unión Europea ha pasado a un segundo plano. Con elecciones a las puertas en dos de ellos, el pueblo parece haber olvidado y perdonado todo. Alemania ha pasado a ser la salvadora. Un golpe de efecto maestro.

Se necesita un cambio de tal envergadura para resolver los problemas del planeta que empiezo a dudar de que seamos capaces de llevarlo a cabo. La globalización lo “globaliza” todo: las ideas, los intercambios... y los problemas. La actual estructura económica es una fuente de sufrimiento para muchos en aras de la acumulación de recursos en manos del 1%. Así no vamos a ninguna parte.

La dirección hacia un gobierno global es clara. Y somos peones en manos de unos pocos. La diferencia entre un tipo de líderes y otros es obvia: por el bien común o por el beneficio de unos pocos. Se trata de detenerse ante un cruce de dos caminos y tomar una decisión. Por ejemplo, ¿para cuándo poner límite a  la ambición descontrolada? Pensemos en el desmesurado poder de las corporaciones. Nos cuesta creer que las decisiones las toman un pequeño grupo, como en una empresa las toma el empresario o en una familia los padres. Pero es una realidad. ¿Cuántos libros hay que leer, cuántas películas ver, cuántos medios de comunicaciones leer.... para asumir que así? Como me dijo una vez una amiga, al final solo somos libres en nuestro interior.

Aún así hay personas, grupos y países que están marcando el rumbo hacia otro lugar que no sea el de la autodestrucción. Iniciativas como las que surgen continuamente de apoyo al ser humano revelan lo mejor de nuestra condición. Cada vez que identifico una, la registro en el mapa de ruta de mi corazón. Y me digo: aún hay esperanza. Refugees welcome.