Pasé rápidamente junto a la pared y en
principio no vi nada. Suele ocurrir. Volví atrás y la observé con más
detenimiento. Entonces, me llamaron la atención tantas cosas. Una concurrencia
de formas, colores y luz imprimía carácter a aquel muro gris. ¿Quién se habría molestado en pegar una imagen
o pintar algo que estaría condenado al olvido y, posteriormente, a la
destrucción? A lo mejor la motivación había sido exponerlo al ojo público o
dejar una huella personal en la anónima fauna urbana. Quizá solo fuera un acto
de poesía colectiva...
Foto y texto: Artica Blues
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