domingo, 23 de octubre de 2011

ENERGÍA Y ÉTICA

GONÇALO M. TAVARES

(Traducción: Félix Romeo)



Sé esto: mi energía está canalizada

Hacia la palabra hacer, me gusta la idea de construcción

Y lo que de ella existe en los movimientos normales.

Me agrada la palabra ingeniería y lo que ella

Representa: no salgas de un sitio sin dejar algo

Detrás de ti. Me dirijo sólo a las cosas que me excitan

Positivamente y me llevan a hacer otras cosas, me dirijo

A las personas a las que gusto, nunca a las que no gusto;

Siempre me pareció insensato que en la vida se pare,

Ni por un instante, de admirar, hay

Siempre actos y cosas que nos ayudan

en este cálculo infernal de la distancia entre el día de hoy

y nuestra muerte. Y cualquier persona que da un paso

en dirección a lo que no aprecia, para insultar o derribar,

me parece una brutal pérdida de tiempo, una falta grave

en el órgano de admirar el mundo

(debes combatir una o dos veces en la vida,

si combates doscientas veces

es porque los combates son ridículos).

No sé pues cómo vivir. Lo que leí y vi

Me sirve apenas para ser más lúcido, no

Para ser mejor persona. Adquirí esta regla (o nací con ella):

‑y es quizá una moral‑

ir sólo a lo que me gusta.

Si un edificio alto, oscuro, feo

me impide ver el sol, no me pongo a insultarlo, no

muevo un dedo para derribarlo:

rodeo todos los edificios necesarios

hasta llegar al espacio desde donde pueda recibir aquello que

quiero. Si llego de noche, montaré una tienda de campaña.


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