viernes, 6 de junio de 2014

¿DÓNDE VIVO?





Nací por casualidad en un puntito de un país de un planeta que pertenece a un sistema solar de una galaxia, una de tantas. Nunca me he sentido de ningún sitio que no sea un mundo multicultural, variado e indefinido de fronteras difusas, ni tampoco he tenido puntos de referencia locales. Es decir, la normalidad para mí no existe. Y me he sentido incomprendida. Teóricamente vivo en una nación llamada España, pero mi realidad no corrobora los hechos. Mi vida se desenvuelve en un microcosmos internacional en el que corre constantemente una brisa fresca que ventila los usos y costumbres fijos e inamovibles más arraigados.

Mi vida cotidiana transcurre entre diversas nacionalidades. Trabajo con personas de distintas procedencias y eso me enriquece. Y vivo en un barrio y en un edificio donde hay más gente de otros países que del mío propio.  Jamás me he sentido amenazada.

Suelo comer en restaurantes de diferentes partes del mundo, donde me atienden personas de los lugares más recónditos. Viajo así sentada a una mesa. Gracias a todos ellos. Me gusta, lo celebro y lo busco.

En fin, vivo en una dimensión que no es exactamente la castiza, y me encanta. Me desplazo por Internet a los rincones más lejanos e intercambio puntos de vista e información con otros. Me moriría en un mundo excesivamente local. Me ahogaría sin remedio en él por falta de aire.

Una vez me pregunté el porqué de la presencia de tantos extranjeros en mi vida. Entonces desfilaron ante mí todas las personas de numerosos países que han pasado por ella. ¿Los he buscado yo o ellos me han buscado a mí? Un día se me hizo la luz en el restaurante de un amigo sirio. Están tan desubicados como yo. Viven sin certezas locales y navegan como pueden entre personas que creen que su vida cotidiana es la realidad. Quizá por eso sea tan importante viajar. Permite relativizar todo para ganar perspectiva. Tras una temporada sin hacerlo, empiezo a creerme que mi realidad es la única. Entonces, se me enciende una luz roja de advertencia que me recuerda que el punto diminuto en el que vivo está perdido en la inmensidad. Y que no es nada comparado con esta.

Mi nacionalidad es: ciudadana del mundo.

                                                                              Artica Blues





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