Un día
me confesó Alicia durante mi corta estancia en el País de las Maravillas: “Atravesar
el espejo varias veces al día permite transformar la realidad. Aunque a veces
también resulte cansado: hay que aprender las leyes de allí y de aquí para no
equivocarse. También puede ser un acto bastante solitario al principio. Luego, empiezan
a aparecer compañeros de viaje que hacen una y otra vez el mismo recorrido. Así,
a fuerza de ir y venir uno se acostumbra y el viaje es cada vez más fructífero.”
Texto de imagen del Museo Artium (Vitoria)
Texto escrito y foto: Artica Blues
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